domingo, 9 de agosto de 2009

Tiempos oscuros: depresión económica, ineptitud, represión y vendetta

Corbacho, no suficientemente contento con el anuncio a mediados de Julio de que la rebaja de los seguros sociales será tan sólo temporal (medida que llevaría a una nueva recidiva del paro y de los problemas pecuniarios para las empresas), ahora anuncia como medida de represión, (se supone que dolido porque la CEOE no aceptó el acuerdo de miseria que ofrecían los sindicatos ni la miserable rebaja de 1,5 puntos de los seguros sociales propuesta por el Gobierno Zapatero) que no habrá rebaja alguna en los seguros sociales.
Esto denota que Gobierno no es un simple moderador entre las relaciones de las empresas con los sindicatos, toma partido y de una manera manifiesta y vergonzosa a favor de los sindicatos.
En el fallido intento de diálogo social del mes anterior, las filias y las fobias del Ejecutivo tuvieron como síntoma su renuencia a implantar un recorte sustancial de las cargas sociales para las empresas. No fue un dialogo a tres bandas sino que se apreció una clara dicotomía con el Gobierno al lado de los sindicatos por un lado y en el otro la solitaria CEOE.
Al comienzo de las negociaciones el Gobierno ofreció un hilarante 0,5% en la rebaja de los seguros sociales, lo que para un empresario medio que paga en este concepto 2500 euros (el equivalente a algo más de dos sueldos) supone una patética rebaja de 12 euros.
Más tarde el Gobierno, amplió el descuento a un ridículo 1,5% (para el mismo supuesto considerado resultaría en unos 38 euros) que no solucionaban ni de lejos los problemas de quiebra empresarial.
Cada hora cierran 30 empresas, se impone una rebaja sustancial de este impuesto, como mínimo en un 50%, sino el paro seguirá subiendo, ya que la empresa privada crea del 85% de todo el empleo en España. Si no la consecuencia será muy grave. Ni los sindicatos ni el gobierno han comprendido que a mayor cantidad de empresas que echan el cierre los ingresos en los seguros sociales decrecen alarmantemente, a la par que los ingresos por IVA, por impuestos sobre beneficios y en correspondencia con el antitético incremento del paro.
Lo único que hacemos escritores como yo es tratar de evitar males peores pero la tozudez del Gobierno creo que ayudará a que lleguemos hasta el fondo de la miseria y que cada cual tenga que apurar su cáliz lleno de hiel, tanto los ciudadanos pertenecientes a la clase trabajadora como a la empresarial.
Una huelga general sí serviría de catalizador para que las mentes perezosas que deben decidir sobre el futuro del país tomaran consciencia del grave problema económico español. Ya sabemos que huelga no podrá haber, puesto que los sindicatos subsidiados por el Gobierno, que comparten la misma ideología con él, tienen la boca callada. Confío en que una moción de censura pueda despertar al gobierno del sueño dogmático de la razón en que se halla sumido, porque todos sabemos que la razón dormida pare monstruos.

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