sábado, 4 de julio de 2009

indeterminismo versus milenarismos laicos

Pues sí señores/as, me declaro indeterminista con respecto a la apreciación de futuribles estados, condicionados "sub species aeternitatis", por leyes de caracter universal. Abro así la veda, al mismo tiempo que nace este blog, para la discusión libre e iconoclasta de todas las teorías y opiniones que traten de sentar "cátedra" o" pontificar", sobre los asuntos humanos que no admiten una interpretación "more geométrico", y que a mi entender, son las mayoría. Comprendo bajo la expresión de "asuntos humanos", los hechos y sucesos que afectan al "homo sapiens" , en tanto que han sufrido una interpretación humana, cualquiera que ésta sea, es decir, en cuanto han devenido teorías u opiniones que han pasado por el cedazo del "cogito ergo sum".

Un caso claro de "teoría milenarista" es la que he encontrado al leer las paginas del libro de Santiago Niño Becerra, titulado "El crash del 2010". Convengo con él en ciertos ideas aparecidas en el mismo:

1) La crisis desencadenada por las hipotecas "subprime", en los países más desarrollados, durará mucho más allá de lo previsto. No creo, como piensa dicho economista, que tan siquiera en el año 2015 hayamos salido de ella.

2) España, con un tejido industrial poco desarrollado, con empresas aquejadas por el problema de la baja productividad y un endeudamiento privado desmedido, proveniente del boom inmobiliario, saldrá más tarde de la crisis, en comparación con los grandes países industriales de la UE

3) la crisis presente es una crisis sistémica, una de las muchas que ya ha sufrido el capitalismo.

4) El gobierno socialista ha estimado erróneamente el tiempo necesario para la recuperación económica, algo nada baladí, puesto que la elaboración de los presupuestos del Estado tienen en cuenta dichas previsiones como un dato fundamental. Solbes fue quien se acercó más a las previsiones reales de la marcha de la economía, si bien se quedó corto.

Cuando se elaboró el libro de Santiago, Solbes todavía mantenía la cartera de economía del ejecutivo. Ahora que él ya está depuesto, se debería añadir a lo expuesto en el libro que este hecho confirma la ceguera del gobierno con respecto a las dimensiones de la crisis y su renuencia a tomar las medidas necesarias para paliarla.

Discrepo con respecto a dos afirmaciones hechas por dicho autor por parecerme que andan faltas de rigor científico:

1) La primera de ellas se refiere a la asunción de que la ética calvinista favoreció la aparición del capitalismo en los países de religión protestante. Esta afirmación que se basa en el ensayo de Max Weber denominado "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" es inexacta porque no toda la ética protestante era calvinista; es más, el calvinismo, aunque en la doctrina protestante tuvo su influencia, geográficamente estaba limitado.También un criterio geográfico y además temporal refuta, en este caso categóricamente, dicha aseveración puesto que Bélgica, un país católico, vivió la Revolución Industrial en una época más temprana que la mayoría de los países europeos donde la Reforma triunfó. Lo que determinó, en este caso, su temprana industrialización fue la existencia de importantes yacimientos carboníferos en esta zona, no razones de tipo eidético.

2) La afirmación del señor Santiago de que el cambio de un sistema a otro, así como la recurrencia de períodos de crisis cíclicas dentro de un mismo sistema, son ineludibles e independientes de la voluntad de los seres humanos, recuerda a la invariabilidad de las fases que preparan el advenimiento del marxismo, tal como aparecen en la teoría del materialismo histórico, cuya esencia es la dudosa concepción de que los hombres establecen relaciones de producción entre sí, independientes de su voluntad. Claro, que dicha afirmación aparentemente científica, de tipo material, en Marx entra en evidente contradicción con la otra de tipo ideológico y por lo tanto, filosófica, que no científica, y desmentida por el tiempo, de que el capitalismo sufrirá un cataclismo, debido a la misma inercia inevitable de su sistema, que abocará en una sociedad comunista.

No sé que clase de sistema piensa el señor Santiago que sucederá al capitalista, cuyo deceso fecha en el año 2067, con seguridad apodíctica, de tipo marxiano, pero en base a la terminología empleada por él para explicarlas, que se pliega bastante a la de Marx, ¿no será acaso una sociedad comunista?. Bien parece que la ideología del autor del libro comentado , como en el caso del filósofo alemán, determina la comprensión subjetiva de la sociedad.

He de añadir, que existe otra contradicción, esta vez no de tipo ideológico-material, sino en el plano ideológico, y es la que se refiere a la adscripción de dos causas antitéticas a un mismo efecto, que se excluyen entre sí, ya que la Ilustración que aparece como un catalizador del capitalismo, por contraposición a la ética calvinista, representó el triunfo de la razón desvinculada de toda ideología religiosa, ajena a lo eclesiástico.

La ética laica que alumbró abrió el paso a manifiestas concepciónes ateístas de la realidad, entre las que se encuentra la marxista.Como corolario de lo hasta ahora afirmado, se desprende que el libro de Santiago trata de defender el determinismo histórico y económico (ciertamente, un supuesto filosófico) basándose aparentemente en criterios científicos, porque trata de apoyarse en datos económicos que son instrumentalizados para confirmar tesis ya establecidas y eso es lo que proporciona esa apariencia de credibilidad al escrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario